¿Qué es lo que te hace distinta? ¿Es tu físico? ¿Tu clase social? ¿O el color de tu piel? Para la fotógrafa Angelica Dass no existe una paleta de colores más amplia que la de los tonos de piel. Por eso, creó el proyecto Humanæ, un mosaico de retratos en el que cada persona lleva su auténtico color. De aquí parte su TedTalk: La belleza del color de la piel humana.
Su fin es derribar los estereotipos sobre el color de la piel y los prejuicios raciales representando lo únicos que somos y mostrar a la vez algo que nos une: la igualdad en la diferencia.
En esta TedTalk nos cuenta su historia de vida y lo que la inspiró a llevar a cabo esta serie fotográfica que logra documentar el verdadero color de la humanidad y cambia el falso color de piel blanco, rosa, negro u amarillo asociado con la raza.
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Empezó como el proyecto final de su máster. Con un trasfondo catártico e intentando entender el enredo de su propia identidad, hizo retratos de sus familiares y amigos más cercanos. Después algunos desconocidos se empezaron a sumar a sus retratos para probar que nadie es blanco o negro. Más tarde llegaron las convocatorias con cientos de voluntarios, y al final, Humanæ se convirtió en una conversación mundial.
Este proyecto ya suma más de 4.000 retratos de personas de 28 ciudades y 18 países que accedieron a la masiva convocatoria por redes sociales. Actualmente, se encuentra en galerías, museos y espacios públicos con la intención de fomentar debates que desafíen nuestra forma de pensar sobre el color y la identidad étnica.
Cada sesión empieza con una fotografía sobre blanco, luego la artista elige un cuadro de 11 x 11 píxeles de la nariz del voluntario y pinta el fondo de ese tono para determinar su código según el catálogo del Instituto PANTONE®, encargado de establecer los parámetros universales y codificar los colores en el mundo.
Hasta la fecha, Angélica Dass ha realizado exposiciones en cuatro continentes y en países tan diferentes como Etiopía, Nigeria, Corea del Sur, India, Israel, Estados Unidos, Ecuador, su Brasil natal y España, el país donde vive. La serie conecta a profundidad con el público que por alguna razón se siente diferente. Ya sea porque son afrodescendientes o latinos que viven en Europa o porque son niños asiáticos adoptados por una familia occidental.
En un mundo en que el racismo y los estereotipos generados a partir del concepto de raza siguen muy presentes, tu tono de piel puede condicionar tu día a día. Por eso, la fotógrafa tiene un plan: «Lo que yo quiero es gigante: De la misma manera que hemos llegado al consenso de que la tierra no era plana, y científicamente hemos probado que es redonda, deseo lo mismo para la raza. Quiero que descubramos que no existen las razas, que somos una, que somos humanos y lo fundamental es el respeto»
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